El realismo mágico. Esta corriente aparece a lo largo de los años 40, y se la llama también de “lo real maravilloso”. Parte de la
peculiar realidad hispanoamericana, con una naturaleza de proporciones desmesuradas, todavía no dominada por el racionalismo
occidental. Se caracteriza por combinar el realismo con elementos fantásticos o sobrenaturales propios de esa realidad, así como
por incluir ambientes urbanos, antes apenas tratados, y dar cabida a problemas existenciales. Del mismo modo que hechos
inverosímiles son introducidos con naturalidad en lo cotidiano, algunos hechos verosímiles se presentan como insólitos o
increíbles.
Aparecen como constantes algunos temas como la búsqueda de la identidad (individual y colectiva), la figura del dictador o
tirano (que ha marcado la historia del continente y que se suele presentar con tintes ridículos), la concepción circular o cíclica del
tiempo, o la reflexión sobre la propia creación literaria.
En cuanto a la forma, estos autores constituyen la primera generación que acomete la renovación formal del género, en técnicas y
en lenguaje. Cuatro grandes nombres son:
Miguel Ángel Asturias (guatemalteco, 1899-1974)). Su novela más conocida es El señor presidente, una importante “novela de
dictador”. Expresionista y barroca. El presidente adquiere rasgos demoníacos, en consonancia con el mundo en el que convergen
la concepción cristiana y el universo mítico maya.
Alejo Carpentier (cubano, 1904-1980). Se caracteriza por su riqueza lingüística. Los hechos históricos se presentan desde las
vivencias de los individuos. Sus principales novelas se ambientan en las Antillas en los siglos XVIII y XIX, con la esclavitud
como problema de fondo. En el prólogo de El reino de este mundo (1949), el autor explica su teoría sobre “lo real maravilloso”:
el escritor no tiene necesidad de crear mundos mágicos, ya que la propia realidad hispanoamericana es mágica, maravillosa, llena
de excesos y contrastes.
Juan Rulfo (mexicano, 1918-1986). Su novela corta Pedro Páramo publicada en 1955, ofrece novedades técnicas como la
estructura fragmentaria, desorden temporal, complejidad de planos narrativos e interrelación de historias. La narración gira
alrededor de un personaje, Pedro Páramo, muerto ya en el tiempo del relato. Mediante la alternancia de planos narrativos se logra
crear un mundo en que se confunden lo real y lo fantástico.
Jorge Luis Borges (argentino, 1899-1986). Escribió cuentos, recogidos en volúmenes como Ficciones (1944) y El Aleph (1949).
Son ejercicios de imaginación que plantean problemas metafísicos como la identidad, la eternidad y el infinito, el mundo como
laberinto o el tiempo como ilusión. Con frecuencia filtra la ficción bajo una apariencia de ensayo, con un estilo frío y preciso
pero cargado de sugerencias.
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